* El planeta podría enfrentar una catástrofe ambiental de no frenarse las emisiones de gas, advierte premio novel de Química
* Tabasco, por su situación geográfica y características geológicas e hidrológicas, seguirá siendo altamente vulnerable a los efectos del cambio climático, como puede constatarse en la alteración de las costas, las precipitaciones pluviales y el daño a ecosistemas como los manglares y humedales, advierte.
Allan Sánchez
Acento
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Si no se frenan las emisiones de gases de efecto invernadero, responsables del calentamiento global, el planeta podría enfrentar una catástrofe ambiental, alimentaria y de salud pública al mediano plazo, advirtió el Dr. Mario Molina, en la conferencia magistral con la que dio arranque el Primer Foro de Cambio Climático en el Estado de Tabasco, organizado por la Comisión de Ecología, Recursos Naturales y Desarrollo Sustentable del Congreso del Estado.
El Premio Nóbel de Química 1995 enfatizó que los factores causantes del cambio climático sólo podrán ser contenidos mediante acciones que se fundamenten en sistemas energéticos más eficientes.
Al respecto, como medidas concretas planteó disminuir la dependencia del automóvil, mejorar la eficiencia de las plantas generadoras de electricidad, sustituir el carbón por gas natural, capturar y almacenar el bióxido de carbono, recurrir a fuentes alternativas de energía, como la solar, eólica o nuclear, optar por el uso de biocombustibles y mejorar la administración de los bosques.
En cuanto a Tabasco, el pionero de la química de la capa de ozono de la estratosfera advirtió que por su situación geográfica y características geológicas e hidrológicas, seguirá siendo altamente vulnerable a los efectos del cambio climático, como puede constatarse en la alteración de las costas, las precipitaciones pluviales y el daño a ecosistemas como los manglares y humedales.
A pesar del panorama poco alentador, el Premio Nóbel de Química confió en que las estrategias centradas a mejorar la eficiencia en el consumo y generación de energía, aunado al pago o cobro por reducir y captar las emisiones de carbono a la atmósfera, y la búsqueda de producción de energía alternativa, serán las bases para, también, inducir un cambio cultural en la población.
Enfatizó que el fenómeno no debe ser visto sólo bajo la óptica de la pérdida de recursos naturales, sino que tiene ya consecuencias en la salud pública de algunas ciudades del país e impactos severos en la economía.
De manera particular, el ingeniero químico por la Universidad Nacional Autónoma de México se pronunció por lo que muchos denominan impuesto ecológico o ambiental a las emisiones de gases de industrias y particulares, de modo que se creen las condiciones tecnológicas y sociales para reducirlas.
Remarcó que el reto de la humanidad es colosal dado que se ha concluido que el propio crecimiento de la población es un causante indirecto del problema, ya que este aumento de habitantes genera demanda de alimentos, infraestructura y un uso cada vez mayor de vehículos, aires acondicionados o calefacción propio de la calidad de vida de estos tiempos.
Mario Molina remarcó que el cambio climático es, por un lado, resultado de los cambios geológicos del planeta, pero también de la acción del hombre sobre la naturaleza, sobre todo a raíz de la Revolución Industrial en el siglo 18 y la fuerte actividad productiva a partir de la segunda mitad del siglo 20.
Precisó que las emisiones resultados de la actividad industrial y de los cambios en el modo de vida de la población no son un problema que se circunscriban a una región de la Tierra, ya que los principales gases causantes del efecto invernadero pueden durar hasta 100 años en la atmósfera, como el bióxido de carbono; otros, como el óxido de nitrógeno y el metano, tienen una vida de meses y no más allá de 10 años.
De este modo, explicó el doctor en Fisicoquímica por la Universidad de Berkeley, California, Estados Unidos, no importa de qué países o hemisferios provengan las emisiones: se distribuyen uniformemente por la atmósfera y los efectos que causan son de carácter global.
En algunos casos, continuó en su conferencia magistral, estos efectos se traducen en altas precipitaciones pluviales, sequías cada vez más fuertes, huracanes con la mayor potencia destructiva y el derretimiento de glaciares, producto, insistió, de las variaciones a la alza en la temperatura del planeta.
Al respecto, comentó que debido a los patrones de producción y consumo de la población mundial, el aumento de la temperatura global puede considerarse irreversible, enfocándose las estrategias de países y organismos internacionales en contener este aumento de la temperatura en por lo menos dos grados centígrados para los próximos 30 ó 40 años.
Al término de la presentación de su conferencia magistral, el Dr. Mario Molina ofreció una rueda de prensa a los representantes de medios de comunicación locales y nacionales.