JENARO VILLAMIL
MÉXICO, D.F., 9 de diciembre (apro).- Inevitable e imbatible, la crisis económica global, con epicentro en Estados Unidos, comienza a cobrar sus primeras víctimas entre las grandes instituciones del periodismo de ese país.
El conglomerado Tribune Co., propietario de Los Angeles Times y de Chicago Tribune, así como de 23 estaciones de televisión regionales, una cadena de radio y un equipo de beisbol, prepara la bancarrota ante una deuda que asciende a 11 mil 800 millones de dólares y una pérdida de 121.6 millones de dólares por falta de ingresos publicitarios en el último trimestre de este año.
The New York Times, otro icono del periodismo estadunidense, oficializó que hipotecará por 225 millones de dólares su edificio en Manhattan para enfrentar sus deudas.
The Miami Herald, propiedad del conglomerado Mc Clatchy Company, que posee otros 32 rotativos, también puso a la venta el periódico emblemático de Florida, con circulación de 219 mil ejemplares diarios.
Y tampoco les va bien a las grandes cadenas televisivas que pertenecen a poderosos consorcios globales, como el caso de NBC-Universal, propiedad de la gigantesca General Electric.
Pero también CBS y hasta la cadena Fox, cuyo magnate Rupert Murdoch se convirtió en el accionista mayoritario del legendario The Wall Street Journal, advierten un contexto muy crítico que los obligará a recortar personal y entrar en franca recesión.
El contexto estadunidense es grave. Tan sólo en noviembre se perdieron 533 mil empleos, la cifra más alta en los últimos 34 años.
La crisis ha pegado, sobre todo, a la industria automotriz, pero también a poderosos corporativos globales como AT&T, Du Pont, United Technologies y, por supuesto, a los grandes conglomerados mediáticos.
La apuesta por la concentración multimediática ha agudizado la crisis. Y la fórmula que permitió que los medios periodísticos quedaran en manos de intereses corporativo-empresariales que buscan una alta rentabilidad con la combinación de prensa, televisión restringida, internet, radio y cine, se está transformando en una pesadilla, no sólo en Estados Unidos, sino prácticamente en todo el mundo.
Los medios mexicanos no quedarán exentos de esta pulmonía, por más que el señor Carstens nos haya advertido hace algunos meses que el derrumbe de Wall Street sería sólo un "catarrito" para México.
Y el fenómeno parece reproducirse a escala, en condiciones mucho más severas de constreñimiento publicitario, de control empresarial y de concentración multimediática.
Algunos ejemplos de esta severa crisis por venir:
- El columnista Rogelio Varela publicó este 9 de diciembre, en El Financiero -periódico en severa crisis de liquidez-, que Nacional Financiera apoyó a El Universal con 100 millones de pesos por el vencimiento en el mercado de valores de certificados bursátiles. En dos semanas, advierte Varela, se puede concretar otro rescate para este periódico que recién acaba de estrenar equipo de dirección editorial y que es reconocido como uno de los decanos del periodismo mexicano.
- El Norte, grupo editor del influyente periódico Reforma en la capital del país, y de Mural, en Guadalajara, anunció el cierre de una edición regional en Saltillo y se prevén recortes fuertes de personal en todas las áreas.
- Los recortes de personal y la disminución del pago a colaboradores es algo que sucedió meses atrás en Nuevo Excélsior, propiedad de Olegario Vázquez Raña, empresario que adquirió el legendario periódico de Bucareli y Reforma para convertirlo en el músculo político editorial de un grupo multimediático que posee estaciones de radio (Imagen) y un canal de televisión (Canal 28).
- Hace dos meses, el grupo Notmusa decidió cerrar su periódico, El Centro, un medio impreso que innovó en diseño y en el tratamiento informativo en una ciudad como el Distrito Federal, en apariencia saturada de medios impresos, pero que en realidad se encuentran pulverizados y dispersos.
En distintas entidades del país el cierre de medios impresos, los recortes de personal y la disminución abrupta de las páginas de información para privilegiar la publicidad, es una tendencia cada vez más aguda desde la segunda mitad de este 2008.
Si la pulmonía ha comenzado a mostrar sus estragos en los medios impresos mexicanos, en los conglomerados televisivos y radiofónicos la situación no se ve muy optimista.
Televisa señaló en su informe del tercer trimestre de 2008 que tuvo una caída de 14% en sus ganancias netas, frente al 2007.
El boletín del corporativo televisivo indicó que esta contracción se debió al "alza en el costo integral de financiamiento y pese al aumento de ingresos publicitarios". Las utilidades netas de Televisa fueron de 2 mil 67 millones de pesos, menores a los 2 mil 682 millones de pesos que registró en el mismo periodo de 2007.
Hace 20 días, los propietarios de los nueve grandes grupos radiofónicos mexicanos realizaron una reunión a puerta cerrada. La preocupación central, para todos los empresarios-concesionarios, fue la disminución abrupta de los ingresos por vía de la publicidad.
Discutieron sobre la posibilidad de bajar aún más los costos de tiempo-aire para intentar captar un mayor volumen en 2009, año electoral que, con todo y reforma electoral, pretende convertirse en una aspirina para la pulmonía financiera que vivirán los medios mexicanos.
El problema central, como en Estados Unidos, es que la crisis afectará más a los medios que le hicieron una apuesta a un modelo de inversión multimediática con criterios netamente financiero-empresariales y dejaron a un lado la inversión más rentable que podrían tener: información y credibilidad.
email: jenarovi@yahoo.com.mx
Nota: Publicación tomada del semanario Proceso