En la opinión de Andrés Llanos
Por todo México, los priistas salieron a los medios de comunicación a criticar las posibles alianzas de partidos opositores en diversos estados y que serian encabezadas por el PAN así como por el PRD. Ante tal escenario el Partido Revolucionario Institucional estaría en serios problemas.
Hasta en Tabasco donde acaban de pasar las elecciones, un grupo notable de priistas inundaron los medios de comunicación, describiendo la multicitada alianza como una prostitución ideológica, tal como lo aseguró la actual diputada federal, Georgina Trujillo. Sin embargo este esquema de unión de partidos opositores al PRI, no es nuevo; ya en el año 2002 en Chiapas, Pablo Salazar Mendiguchia conquistó la gubernatura, atajando al cacicazgo tricolor de muchos años en esta entidad.
Entonces surgió una dinámica nueva de trabajo, impulsada por ciudadanos, gobierno estatal y el gobierno federal; con el objetivo del progreso y la transformación de la realidad chiapaneca. A poco menos de una década, Chiapas presenta avances importantes de modernidad, que lo llevan a fortalecerse como destino turístico internacional; y que refleja bienestar en su población.
Con la alianza están en peligro los cacicazgos ejercidos por los gobernadores priistas, por ello los ataques que buscan influir en el ánimo de los ciudadanos, donde habrán elecciones durante el año 2010.
Panistas y Perredistas, saben que unidos tienen mayores posibilidades de triunfo y de transformar el destino político, social y económico de sus respectivos estados; muchos ciudadanos ya se están convenciendo de ello.
La perversión que el PRI ha hecho con la política en México no está a discusión. Sin embargo sus contrincantes partido nacionales, enfrentan actualmente cambios importantes que deberán resolver a la brevedad.
Por un lado el PAN ha comenzado a afianzarse como un partido maduro en el gobierno en tan solo una década, pero sin haber consolidado la vinculación con la sociedad. En el caso del PRD, se fortalece la idea de la transformación de la izquierda mexicana; en moderna, competitiva y moderada, como ocurrió en Europa hace años y de manera ejemplar en Brasil; pero los solaztequistas todavía deberán librar la batalla contra el radicalismo ideológico albergado en su interior.
Es muy probable que los partidos aliancistas vayan a impulsar candidatos surgidos de la sociedad y un plan de gobierno plural; así esta coyuntura le resta fuerza a la partidocracia de los últimos años.
Por tanto el esquema de la democracia ejercida desde la ciudadanía, promete mayores consensos, gobiernos con manejo transparente, enfocados a la solución de la problemática del pueblo; lo que significa una importante luz de esperanza que bien vale la pena defender.
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