Fernando Morales
Lic. En Comunicación
No acostumbro a escribir en la mayoría de las ocasiones cuando pienso en algo que creo injusto, prefiero exprésalo y discutirlo con algunos amigos del medio con quien comparto afinidades pero la ocasión lo amerita. Reflexione mucho porque hacerlo es volver a mirar un poco al pasado.
Lic. En Comunicación
No acostumbro a escribir en la mayoría de las ocasiones cuando pienso en algo que creo injusto, prefiero exprésalo y discutirlo con algunos amigos del medio con quien comparto afinidades pero la ocasión lo amerita. Reflexione mucho porque hacerlo es volver a mirar un poco al pasado.
Cuando se hizo oficial la noticia de que Sandra Villafuerte Javier, cerraba un ciclo en la XEVA, que quizás Don Fernando Pazos, nunca imaginó que terminaría siendo lo que hoy es, reducida a nada, y privilegiando otros intereses que una audiencia fiel como lo fue por más de 8 años, mi estimada colega, empecé a entender aún más que entre el gremio -esa de la que formamos parte está una nueva generación- hace falta solidaridad porque nadie se preocupa cuando se cometen injusticias en tu contra, ni a las asociaciones o clubes les importa, porque ellos finalmente están en otro nivel, son los que se codean con los hombres del poder en cambio los reporteros, tienen que conformarse a lidiar con el resto de los que son del gabinetillo.
A Sandra la conocí en mis inicios en el periodismo poco después de las inundaciones de 1999, precisamente en los años en que los tabasqueños tenían una alternativa radiofónica donde se enseño a los egresados de comunicación de la UJAT a realizar un periodismo diferente a lo que hacían los demás.
En ese tiempo, debo confesarlo, era un asiduo fanático de los noticieros y su barra programática, ahora las circunstancias han cambiado. Fuimos por varios meses compañeros de fuente, junto con Sonia López, entonces como no recordar que sabíamos meternos a donde a veces no nos invitaban, porque a los tapapuertas de algunos funcionarios, les parecíamos incómodos, siempre cuestionamos lo que teníamos que cuestionar, nunca nos quedamos callados, sin embargo esos tiempos quedaron atrás y no volverán jamás.
En esa primera generación, nunca se me hizo trabajar a lado de la entonces directora de Noticias de Radio Correo, Dolores Gutiérrez, me quedé como un radioescucha más.
Por ahí desfilaron voces como la de Jorge Beytia, Maribel Villamil, Ricardo Astacio, Leobardo Marín, Cristian Cerino, Kathia Herrera, José Raúl Reyes, Juan Manuel Trinidad, Antonio Villegas, Jorge Falcón, Eddy Díaz, Lucero del Alba, Teresa González y más adelante Diego Yedra.
Aunque el esfuerzo de un empresario visionario, como Fernando Pazos, llegó a su fin y con ello primero la salida de Dolores Gutiérrez al frente de Radio Correo.
Fue hasta el 2005, cuando hice una pausa en la prensa escrita y a invitación de Antonio Villegas, acepte sumarse al equipo que creímos, rescataría un proyecto, si no igual por lo menos que en los noticieros se distinguiera en un trabajo profesional.
En aquel entonces, se trabajo durante cuatro intensos meses para lograr que se consolidara la idea de un grupo de jóvenes con talento periodístico pero la visión de Alejandro Pazos Fernández, no era la misma de profesionistas de la comunicación, sus objetivos eran otros, pues su formación era netamente empresarial más que de servicio a los tabasqueños, entonces termine por abandonar el sueño de un medio diferente que hiciera investigación, pero al fin no me quede con las ganas de haber estado en la XEVA.
Sin duda alguna que los temas que abordamos, movieron a uno que otro político o funcionario, sino como olvidar al famoso Don Natán, se acuerdan, aquel que actúo en un promocional de salud, diciendo que “ibamos bien”.
Sandra Villafuerte, decidió quedarse porque todavía creía en aquello de la fidelidad y que esa estación volvería a hacer la misma que cinco años atrás. Tal vez se molestó por mi decisión y pasamos meses distanciados sin hablarnos, pero en el fondo recuperamos tiempo después nuestra amistad, algo más valioso que cultivamos en esta cruel profesión que escogimos para siempre por vocación.
El gusto le duró poco, porque luego fue desplazada de la Dirección de Noticias, prácticamente la sustituyeron, relegándola a leer boletines, cosa que no era una costumbre entre los reporteros que nos conocimos en este medio.
Hoy la mujer de la eterna sonrisa, terminó un ciclo en la XEVA, necesitará buscar a los amigos, porque atrás perdió ocho años de relaciones personales y todo por entregarse de tiempo completo a un aprendiz empresario de radio, que por suerte heredo siendo joven cuando lo mejor que sabe hacer es vender autos.
Ahora le tocó a ella, mañana no sabemos a quien, pero lo que si me queda claro, es que la solidaridad entre el gremio, no se ha cultivado y cuando más necesitamos de todos, terminamos por convertirnos en nuestros propios enemigos. Los periodistas dan voz a los que no la tienen, pero a nosotros quien nos protege, nos auxilia cuando algo nos aflige, cuando los problemas familiares se anteponen por cumplir con un trabajo pero lamentablemente muchos solo actúan de diente para fuera.
En realidad creo, que la única arma para defendernos es la escritura y nuestras voces, porque quedarnos callado seria imperdonable, cuando estamos viendo lo que ocurre con otros periodistas en el norte del país.
Si de algo sirve, Sandra cuenta con mi apoyo moral y mi amistad.
Al resto de los colegas, solo puedo desearles la mejor de las suertes en esta noble pero a veces muy injusta profesión.
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