lunes, octubre 20, 2008

Supieron desde el 2003 del riesgo de inundación y no hicieron nada...

* La irracional construcción sobre vasos reguladores, así como la deforestación y la falta de asolve de los ríos podría provocar inundaciones similar al 1999, advirtió el documento, sin embargo nadie hizo nada al respecto.

Sonia López Cruz
Acento
A pesar que desde 2003, las autoridades estatales y federales conocieron de un estudio, donde se preveía una posible inundación en la entidad similar a la de 1999, debido a la irracionalidad con que se estaban construyendo desarrollos viviendísticos sobre vasos reguladores, así como de la falta de desazolve de los ríos y la urgente necesidad de reforestar el estado, las acciones al respecto fueron nulas.
Así el año pasado miles de tabasqueños perdieron su patrimonio y hoy en día viven con la zozobra de que la tragedia vuelva a repetirse.
Con documentos en mano, la Asociación Ecologista Santo Tomás, revela que a través de la “Evaluación socioeconómica a nivel factibilidad del Proyecto Integral para la protección contra inundaciones de la planicie de los Ríos Grijalva y Usumacinta”, elaborado por la Subdirección General de Programación Gerencia Regional Frontera Sur de la Comisión Nacional del Agua y Subdirección Técnica Gerencia de Estudios de Ingeniería Civil de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), las autoridades conocieron del impacto ambiental que se estaba generando con el estrangulamiento de los ríos, sin que ello haya servido para que las autoridades tomaran con responsabilidad el asunto.
Así en la página 7, de las 102 que componen el estudio, se señala con precisión que “el cambio del uso del suelo, la intensa deforestación y la erupción del volcán Chichonal en 1982 han incrementado la erosión de los terrenos, aumentando el aporte de sedimentos y propiciando el azolvamiento de diversos tramos de los ríos, lo que reduce su capacidad hidráulica. Por ello, es de vital importancia restaurar esa capacidad y disminuir los desbordamientos, que en la actualidad se producen con mayor frecuencia y para escurrimientos menores”.
También se alerta de que “el peligro de inundación en la ciudad de Villahermosa, así como en otras zonas urbanas y rurales en el estado de Tabasco es latente... los daños potenciales se han incrementado por el crecimiento urbano descontrolado, por el incremento de la erosión en sus partes altas y por el cambio de uso de suelo con fines productivos y de comunicación, en zonas que en forma natural permitían la regulación y el drenaje de las crecientes”
Así mismo, se estima que los daños registrados en 1999 pueden volver a repetirse en la zona afectada, “pero su magnitud puede variar en función de la magnitud de las avenidas que se registren”.
El estudio que fue presentado en Enero del 2003, proyecta escenarios a 5, 20, 50 y 100 años, bajo los parámetros de 1999. En la primera proyección se especifica que de contar con los mismos escenarios el radio de afectación de la inundación sería de 5 mil 479 kilómetros cuadrados; en tanto en una década la cifra podría aumentar a 5 mil 756 kilómetros cuadrados, situación que se agravaría conforme aumente los años, en caso de que no se frenaran el estrangulamiento de los ríos.
“De las manchas de inundación mencionadas, se estimaron los daños que se presentarían en la zona de estudio si se presentaran avenidas con periodo de retorno de 5, 20, 50 y 100 años, en donde los sectores afectados más representativos son los correspondientes a viviendas (de diferente nivel socioeconómico), zonas agrícolas, vialidades urbanas e interurbanas, planteles escolares, unidades médicas, y otros daños (entre los que destacan las zonas ganaderas, atención a la emergencia, suministro de agua potable, etc.). En el caso de viviendas, zonas agrícolas y vialidades los factores determinantes en la estimación de los daños corresponden a la duración y profundidad de la inundación”, alertaba el documento.
No obstante, las autoridades permitieron que se siguieran construyendo fraccionamientos y centros comerciales en zonas no aptas, no se realizaron desazolves de grandes magnitudes, ni tampoco se crearon proyectos serios para la reforestación de la planicie tabasqueña.
“¿Qué tiene que ver realmente con los problemas de las inundaciones en Tabasco? Número uno, crecimiento desordenado; número 2 que hemos talado toda la selva. Por lo que vemos población en lugares que naturalmente ocupaba el río”, precisó en su momento el vocero de la CONAGUA, Gilberto Segovia.
Por ello, la Asociación se atreve a señalar que sí hay responsable de las inundaciones, basta saber porqué la actual administración, así como las anteriores no hicieron nada para evitar que se estrangularan los vasos reguladores, o porqué las obras de construcción para proteger una zona no fueron planificadas para conocer el impacto que tendría sobre las comunidades que estuvieran fuera de este radio de acción.

Caja de datos:
* Alternativas generadas para la prevención y disminución de impactos negativos en la población.
I. Mantener las condiciones actuales. No efectuar ninguna acción estructural y no estructural.
II. Fomentar la organización y aplicación de medidas para alertar a la población. El alertamiento oportuno de una situación de emergencia a la población es; sin duda, un factor importante para salvaguardar los bienes y en particular para proteger la vida de las personas que puedan ser afectadas por las condiciones hidrometeorológicas extremas.
III. Ejecutar acciones de conservación y mantenimiento de cauces.
Esta alternativa consiste en el desazolve y limpieza de cauces con el fin de coadyuvar a la protección de asentamientos humanos y de la infraestructura urbana y rural de las zonas adyacentes a los cauces. Por la observación de su actual comportamiento destacan:
- El tramo inicial del río Samaria, desde la bifurcación del río Mezcalapa hasta el cruce con los puentes de la carretera Cárdenas-Villahermosa
- El dren “Los Zapotes II” que comunica la zona lagunar conocida con este mismo nombre y el río Grijalva, aguas abajo de Villahermosa.
IV. Construcción de presas rompepicos y de regulación en las partes altas de la cuenca.
Esta alternativa implica el control de los escurrimientos antes de que estos lleguen a la zona de la planicie, por medio de la construcción de estructuras hidráulicas que, además de amortiguar las crecientes, obstruyan el paso de sedimentos que de forma natural son depositados aguas abajo, donde los ríos disminuyen su pendiente.
V. Optimización de la operación de las presas construidas en el río Grijalva de acuerdo con sus objetivos múltiples.
VI. Proyecto Integral de protección contra inundaciones de la planicie de los ríos Grijalva y Usumacinta.


Pronósticos de inundaciones:
· En 5 años: 5 mil 479 kilómetros cuadrados
· En 20 años: 5 mil 756 kilómetros cuadrados
· En 50 años: 5 mil 904 kilómetros cuadrados
· En 100 años: 6mil 005 kilómetros cuadrados

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